viernes, 15 de agosto de 2008

Enric Crous-Vidal

Cartel de la exposición de Enric Crous-Vidal en la Galerie Marcel Bernheim de París, 1965


Aplicaciones de motivos gráficos y tipográficos en tejidos y embalajes, ca. 1950-52

Folleto publicitario de la serie de viñetas Fugue d'arabesques, ca.1952


Parade. Ballet Typographique, 1950

El pasado 6 de agosto se han cumplido cien años del nacimiento de Enric Crous-Vidal, una figura excepcional en muchos aspectos. Militar profesional, artista, agitador y promotor cultural, dibujante, publicitario, salvador del Patrimonio durante la Guerra Civil, restaurador de relojes de sol, falsificador de documentos para la Resistencia francesa, diseñador y creador de algunas de las tipografías y textos teóricos más emblemáticos de eso que se conoció durante los años 1950 como “grafía latina”.
Se ha dicho de él que era un “enfant terrible” y, posiblemente, así es porque siempre tuvo un talante inquieto, crítico y rebelde frente a todo aquello que fuera rancio e inmovilista.
Pero sobre todo, Crous-Vidal fue un vanguardista, tan vanguardista como otros muchos que, sin embargo, tuvieron la fortuna de encontrarse en ese momento en París o Berlín, los centros culturales más avanzados de su época. Su mérito estriba, precisamente, en que comenzó a serlo en una ciudad de provincias (Lleida) y en una España que trataba de subirse al tren de la modernidad, pronto frenado por la violencia de la Guerra Civil y la dictadura franquista. De aquel periodo nos ha quedado la revista Art, una publicación de la que fue su “director literario y plástico” y que todavía hoy continúa pareciéndonos moderna.
Luego, vino el exilio en Francia, el paso por los campos de refugiados y el encuentro con un París que, tras la Segunda Guerra Mundial, acabó cediendo su posición de avanzada a Nueva York.
Después, llegaría el ingreso en los círculos de una serie de diseñadores y tipógrafos –entre ellos Maximilien Vox- que reivindicaron un puesto para la tradición tipográfica latina en el diseño de tipos. Con ellos, Crous no sólo reclamó ese lugar sino que fue capaz de proporcionar argumentos en defensa del “arabesco francés” frente al “cubo europeo”, -como había escrito Paul Iribe en los años 1930- y de crear toda una serie de tipos con los que dar visibilidad a esas ideas. Así, nacieron Catalanes, París, Flash, Ilerda y Fuga de Arabescos, unas versátiles viñetas que permitían generar toda una serie de elementos decorativos.
Con Fuga de Arabescos, la tipografía salió de sus terrenos habituales para vestir a las maniquíes de la firma Révillon y embellecer embalajes de perfumes; junto a los otros tipos mencionados fue el símbolo de una latinidad que trataba de trascender límites geográficos, políticos e históricos, aportando la calidez y la personalidad que parecía faltarles a las propuestas centroeuropeas. Como señaló Crous en uno de sus textos: “En sus diseños gráficos, nuestros vecinos [se refería a los alemanes] se expresan en base a la potencia, mientras que nosotros lo hacemos a partir de la gracia, que también es una fuerza, enriquecida con la seducción”. (Grâce et Harmonie du Graphisme Latin et Autres Remarques, p. 32). La intención era renovar lo que él describía como caracteres “de base”, sin caer en decorativismos inútiles.
Pero si con Fuga de Arabescos conquistó la calle y los medios de comunicación, con Paris, Ilerda, Catalanes y Flash consiguió un lugar por derecho propio dentro de lo que en su momento se describió como una Nueva Escuela tipográfica latina, dentro de la que también se ubicó a figuras como Joan Trochut Blanchard (en Barcelona), René Ponot y Louis Ferrand. Y no sólo eso. Durante un tiempo, y si nos atenemos a lo que dicen las publicaciones de la época, fue su representante más brillante y reconocido.
Más tarde llegó el eclipse, mientras ganaban terreno la Hélvetica y la Univers, surgían nuevas estrellas en el panorama tipográfico francés como Roger Excoffon y las grandes fundiciones francesas iban empezando a desaparecer imposibles de resistir la competencias anglosajona y centroeuropea.
Ensalzado por unos y criticado por otros, Crous fue sumergiéndose en los territorios del olvido. Sin embargo, afortunadamente está saliendo de ellos para encontrar el lugar que se merece en la historia de la tipografía internacional. Prueba de ello es la exposición que le dedicaron en el año 2000 el IVAM y el Museo Jaume Morera, la edición de sus memorias, el pequeño librito que el Diario del Segre ha publicado sobre su biografía y trayectoria y la exposición que con motivo del centenario estoy comisariando también para este último museo.
En otras entradas os hablaré un poco de ella, porque aunque ya están cerrados sus contenidos, aún quedan detalles que ajustar, puesto que se depende mucho de los préstamos de piezas. Más adelante, iré también publicando algunos pequeños textos sobre este diseñador porque la intención es proporcionarle el lugar que merece en la historia de la tipografía española e internacional.
Asimismo, he comisariado una pequeña exposición de homenaje que se mostró durante el III Congreso Internacional de Tipografía, celebrado en Valencia. En breve iré colocando en este blog imágenes de quienes contribuyeron en ella. Entre ellos se encontraban Andreu Balius, Paco Bascuñán, Sandra Figuerola y Marisa Gallén, Juan Nava, Juan Martínez, Modesto Granados, Álvaro Sobrino, Un mundo feliz, Laura Meseguer, Marc Salinas, Oriol Nicolás, Rober Pallas, Álvaro Torrents, Iris Tárraga, Alex Trochut, Marta Cerdá, Carlos Cabañas, Dimas García Moreno y José Ramón Penela.
Para quienes queráis saber más sobre Crous, podéis consultar la siguiente bibliografía:
- Catálogo de la exposición "Enric Crous-Vidal". De la publicidad a la tipografía, Valencia-Lleida, IVAM-Museu d'Art Jaume Morera, 2000. Lamentablemente, este catálogo está agotado y es bastante difícil de encontrar pero se encuentra en diversas bibliotecas.
- Crous Vidal, Enric: Memòries, Barcelona, Mediterrània, 2007. Escritas en catalán, se trata de una autobiografía centrada, sobre todo, en los recuerdos personales de su infancia y de la Guerra Civil, aunque hay también alguna referencia más breve a sus años en el exilio francés.
- Solé i Martí, Esther: Enric Crous-Vidal. Enfant terrible 1908-1987, Lleida, Edicions de la Clamor, 2008. El libro está únicamente en catalán.

8 comentarios:

sr redondo dijo...

genial una pena lo de los libros he estado mirando en iberlibro y no ha habido suerte

felicidades por el blog!!!

Anónimo dijo...

Una "googleada" casual me ha llevado hasta su blog. Enhorabuena por los contenidos, así como por su trabajo acerca de Enric Crous. Será especialmente interesante poder leer cómo evolucionan los preparativos de la exposición, para después poder disfrutar de ella en persona. Ánimos para este sprint final, y hasta pronto.

Raquel Pelta dijo...

Hola Luis y hola Esther,
mil gracias por vuestros comentarios.
Bueno, os cuento, creo que queda algún ejemplar del catálogo del IVAM en alguna librería. Échadle un vistazo a la web de Loring, que está en Barcelona y que creo que vende también por Internet.
Hará aproximadamente un mes que vi que tenían un ejemplar en la tienda.
De todos modos, con motivo de la exposición que estoy comisariando se editará un catálogo que recoge el trabajo de este diseñador y algunas cosas más. En él se incluirán todos los textos que escribió sobre la Grafía Latina.
Por otra parte, el Diari del Segre que publicó una monografía, a lo mejor tiene ejemplares todavía. No está tan bien ilustrado como el catálogo del IVAM pero es interesante.
Saludos y gracias de nuevo.

Pablo Cosgaya dijo...

Saludos, Raquel. Felicidades y larga vida al blog.

Raquel Pelta dijo...

Hola Pablo,
¡qué alegría encontrarte por el ciberespacio!
Muchas gracias por los ánimos. La idea es, por lo menos, colocar una entrada cada día. No sé si lo conseguiré porque ahora es agosto y más o menos tengo algo de tiempo libre. Después, a partir de septiembre, comienza el lío pero vamos a ver si logro que este blog sea de utilidad para alguien.
Un abrazo para ti y para Marcela.

Raquel Pelta dijo...

Hola Esther,
En el comentario anterior que os puse a Luis y a ti, me olvidé de decirte que tu libro sobre Crous está muy bien y que es muy de agradecer porque hacía falta. Supongo que las penurias presupuestarias han impedido que vaya ilustrado en color pero, bueno, para mi lo importante es el contenido.
Como os decía, pienso que el Diari debe tener algún que otro ejemplar todavía. ¿Sábes si es así? Porque si es así, me gustaría que lo comentases aquí por si alguien quiere comprarlo.
Saludos.

Anónimo dijo...

Raquel,
gracias por ver con buenos ojos la biografía que se me encargó. Ciertamente, el proyecto inicial de la publicación fue ajustándose a la situación presupuestaria hasta que finalmente quedó en tapa blanda, blanco y negro y con un papel quizá no del todo adecuado, pero si ello sirvió para que haya llegado a más gente, bienvenido sea.

Lo más probable es que en Segre aún les queden ejemplares del libro. Será cuestión de contactar con ellos, no creo que pongan pegas a personas interesadas en una publicación suya; y en el caso que así fuera por favor coméntelo en esta entrada mismo y ya intentaría gestionarlo por mi parte, aunque no puedo asegurar nada y aún menos de forma inmediata.

Realmente emociona saber que al final, no lo hice tan mal y que la publicación ha placido a gente acreditada en el tema. Muchas gracias y un saludo!

Raquel Pelta dijo...

Hola de nuevo, Esther,
de hecho pensaba comentar tu libro uno de estos días. Creo que es una monografía seria y que debería difundirse. Por otra parte, y aunque únicamente se haya publicado en catalán, pienso que es una lengua que se entiende perfectamente, así que animo a que la gente se lo lea.
Saludos.