sábado, 10 de enero de 2009

Recordando a Carles Fontseré (1916-2007)

Carles Fontseré, delante de las Torres Gemelas de Nueva York, en una foto realizada por su mujer, Terry Broch. 



Tres ejemplos de la gráfica realizada por Carles Fontseré durante la Guerra Civil, en apoyo de la causa republicana. 

El 5 de enero pasado se han cumplido dos años del fallecimiento de Carles Fontseré. Cuando sucedió, no tenía este blog y no tuve la oportunidad de rendirle el homenaje que me hubiera gustado.

Tuve la suerte de conocerlo a él y a su mujer Terry Broch en 1999 y fue entonces cuando surgió una estupenda relación que me llevó a visitarlos en diversas ocasiones, a hacer el breve discurso de entrega del galardón “IL·LUSTRAD’OR”, otorgado por APIC (Asociación Profesional de Ilustradores de Cataluña) –todavía lo recuerdo bailando con Terry en la cena-, a escribir un texto para un pequeño catálogo y a hacerle una entrevista, con Andreu Balius, que se publicó en la revista Grrr, creo que hace unos nueve años.

La última vez que estuve con ellos fue cuando se presentó el libro Carteles contra una guerra en el año 2003, en el FAD. Vino muy ilusionado desde Gerona para apoyarlo porque la situación le recordaba aquella movilización de conciencias de la que él mismo fue protagonista en 1936. Tenía ochenta y siete años pero os aseguro que era jovencísimo.

En fin, para quienes no sepan quien fue, aquí os dejo con un texto mío sobre su trayectoria profesional.  

Nacido en 1916 en el seno de una familia barcelonesa tradicionalista, Carles Fontseré comienza su trayectoria profesional a la edad de quince años, dibujando para Reacción. Semanario de lucha política, una publicación del entorno carlista. Poco tiempo después, con tan solo diecisiete años, crea portadas de libros y realiza las primeras incursiones en el mundo de la publicidad, ejecutando anuncios y carteles cinematográficos.

En un proceso paralelo a su consolidación como “artista comercial”, y en parte por un suceso familiar, Fontseré sufre un cambio radical en sus ideas al descubrir la “arbitrariedad de la justicia, el drama de la pobreza” y la hipocresía moral de la sociedad bienpensante a la cual pertenece, en sus palabras.

La agudización de los conflictos sociales de aquel periodo coincidió con su experiencia personal de lucha por la supervivencia como trabajador del arte, lo que le condujo a aproximarse a las ideas del anarquismo libertario. 

Al estallar la Guerra Civil, decide desde el primer momento apoyar a la causa republicana y combatir con las armas que mejor maneja: el lápiz y los pinceles. Entiende, como otros artistas de la vanguardia internacional, que el artista debe comprometerse con la sociedad.

Esta manera de concebir la práctica artística marcará el resto de su vida y le llevará a buscar siempre aquellas formas visuales que, desde su punto de vista, puedan conectar mejor con el público. Por ello, se inclinará hacia la figuración, concebida como un territorio abierto que puede ser fácilmente comprendido por cualquiera que desee acercarse a él.

Su obra fue, por tanto, el resultado de una interacción con el lector-espectador, donde la estética se hallará siempre subordinada al mensaje transmitido y su papel será el de contribuir de manera significativa a la comprensión de éste. Su trabajo, por tanto, fue de una sola pieza; no siguió corrientes, ni nunca se preocupó por las modas.

Precisamente, en julio de 1936 ese compromiso social en el que firmemente creía, le llevó a formar parte del Comité Revolucionario del Sindicato de Dibujantes Profesionales dentro del que organizó el Taller Colectivo de Propaganda.

Allí optó por una de las formas más directas de intervención pública: el cartelismo. Suyos fueron algunos de los mejores carteles de aquel convulso periodo –entre ellos el que primero que apareció en las calles de Barcelona y de España-, todos ellos llenos de una fuerza que nos muestran a un Fontseré expresivo y vital, capaz de transmitir la resolución necesaria para luchar por aquello en lo que se cree.

Incorporado en 1937 como combatiente a las Brigadas Internacionales, una vez disueltas, fue dibujante del Estado Mayor de la D.C.A. (Defensa Contra Aeronaves) y, más tarde, del Comisariado de Propaganda de la Generalitat.

El fin de la contienda supuso un largo exilio del que regresó a Cataluña en 1973, pero también fue el inicio de su trayectoria internacional que comienza en Francia, no sin dureza, pues primero estuvo internado en el campo de refugiados –en realidad un campo de concentración- de Argelés y, más tarde, en el de Saint Cyprien. Producto de esa dolorosa etapa fueron sus dramáticas litografías de refugiados.

La huída de Saint Cyprien le condujo a París, donde pronto se las ingenió para conseguir trabajo. Ilustró en El Poble Català (Semanario de los Catalanes en Francia) y dio los primeros pasos de su carrera como dibujante de cómics, trabajando para un semanario infantil.En aquellos momentos, Fontseré demostró que había alcanzado una gran habilidad en el dibujo, al introducir en Europa un tipo de ilustración poco corriente, a base de líneas trazadas a pincel que, hasta entonces, parecía haber sido privativa de los dibujantes americanos.

Junto a Antoni Clavé, durante la ocupación alemana de Francia, colabora con el semanario de arte y literatura La Gerbe. En ese periodo, diseña también carteles.

El año 1945, final de la Segunda Guerra Mundial, abre una nueva etapa para Fontseré: la de escenógrafo y figurinista de obras tan significativas como La Casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca, Nuestra Natacha de Alejandro Casona y Peribáñez de Lope de Vega.

El éxito alcanzado en estos territorios le lleva a embarcarse en una gran aventura: la creación en 1948, junto al músico Roberto Vicente y con Mario Moreno (Cantinflas) como productor, de un grandioso espectáculo, la revista “Bonjour México!” que, creada en París, se representará, como su título sugiere, en México.

La riqueza del vestuario y el despliegue de medios en unos escenarios excepcionales por su suntuosidad y belleza, conseguirán emocionar al público mexicano.

La década de 1950 significa un nuevo cambio en su discurrir vital y profesional. Conoce a Terry Broch en Nueva York; tras diversas vicisitudes se casa con ella en París y se instala, finalmente, en la ciudad de los rascacielos, donde permanecerá hasta 1973, momento en que ambos se establecen en España.

En un mundo donde es un completo desconocido sale adelante, nuevamente, gracias a su destreza como dibujante de cómics y como ilustrador de publicidad. Allí fue director de arte de una revista de temática hispana, escenógrafo y diseñador de vestuario y decorados. En ese periodo conoció a Salvador Dalí, con quien colaboró en la creación de su Happening en el Philarmonic Hall del Lincoln Center.

Fue en Nueva York donde, también, inició una brillante carrera como fotógrafo, a la que se entregó con pasión. Para él la fotografía era una forma de compromiso y la practicó siempre como documento social.

En 1973, como ya he comentado, regresó a Cataluña y se instaló en Porqueres, un pueblecito cercano al lago de Banyoles. A partir de ese momento, expuso parte de su inmensa producción fotográfica, dibujó, diseñó carteles culturales, pintó pero, sobre todo, se dedicó a escribir. Primero, lo hizo para diarios y revistas como La Vanguardia, Avui, Serra d’Or y la Revista de Girona. Luego elaboró textos para catálogos de exposiciones y, desde entonces y hasta su muerte, escribió sus memorias, con un enorme rigor. Su casa estaba llena de libros, recortes de periódicos y revistas y todo documento que le permitiera cotejar sus recuerdos con lo que sucedió pues siempre trató de ser lo más objetivo posible.

Una pequeña parte de su obra fotográfica se expuso pocos días antes de su muerte en el Espacio Cultural de Caja Madrid, en Barcelona. Como testimonio de aquella muestra nos ha quedado el estupendo catálogo Nueva York 1626-1990. Un relato gráfico de Carles Fontseré.

Fontseré fue dibujante, cartelista, ilustrador, diseñador, escenógrafo, figurinista, pintor y un gran escritor pero para mi fue, sobre todo, un ser humano excepcional.

Entre sus textos -todos ellos estupendos tanto desde el punto de vista literario como de contenidos-, Fontseré nos dejó los siguientes:

Memories de un cartelliste català (1994).

- Un exiliat de tercera (1999). La traducción al castellano (Un exiliado de tercera), es de 2004.

- Paris, Mèxic i Nova York (2004).

No quiero cerrar esta entrada sin enviarle un abrazo a Terry, su amiga y compañera. Fueron inseparables y aún me acuerdo de una conferencia en el Colegio Universitario de Segovia, a la que los invité, cuando Carles, siempre travieso a sus más de ochenta años, decía alguna que otra cosa inconveniente y ella le reñía suavemente, por desviarse del tema, con un “Carles, ¡qué cosas dices!”. Cuídate mucho, Terry. 

Si queréis ampliar información sobre él, además de sus libros, podéis consultar: 

http://torroella.cup.cat/index.php?option=com_content&task=view&id=18&Itemid=39

http://www.espacioalternativo.org/node/1866

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Està bé de recordar-lo. Aquí he trobat alguns cartells més:

http://www.sbhac.net/Republica/Carteles/Fontsere/Fontsere.htm

Estaria bé recordar també al Cesc. Per internet hi ha ben poca cosa. Diguem que el Fàbregas l'ha eclipsat...

http://ca.wikipedia.org/wiki/Cesc_(dibuixant)

Raquel Pelta dijo...

Hola Jordi,
gracias. Por si la gente no ve este comentario tuyo, pondré el enlace en una entrada.
Pues sí, hay mucha gente que está un tanto eclipsada porque falta todavía mucha investigación histórica pero como no hay medios, pues nada, las cosas se van quedando en el Limbo.
Saludos.

Anónimo dijo...

Hola Raquel!!

Ni te acordarás porque soy uno de esos 6.000 alumnos a los que has dado clase.

La verdad es que guardo un gran recuerdo de la clase de diseño del Colegio Universitario de Segovia... una pena que para algunos como yo que iba orientado al diseño y/o la creatividad la carrera sólo tuviera 3 o 4 asignaturas como la tuya. ¡menos derecho publicitario y más arte!

He encontrado este blog un poco de casualidad pero me ha hecho mucha ilusión!!

Un saludo!!

mirrows.es

Raquel Pelta dijo...

Hola Jorge,
bueno, pues me alegro mucho de que nos encontremos aunque sea en el ciberespacio. ¿Cómo te va? ¿te dedicas a la publicidad? ¿o has acabado en el mundo del diseño?
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Hola Raquel!!

Pues trbajo como creativo en una agencia de comunicación (aunque lo que más hago es diseño).

Pero con ganas de cambiar a algo más creativo que esto es sota-caballo-rey.

Y haciendo mis trabajos freelance de carteles de cortos/cine, portadas de cd de música...

Te seguiré de cerca, que lo que he estado leyendo ha sido muy interesante!

Raquel Pelta dijo...

Hola Jorge,
envíame algún trabajo tuyo, sobre todo de tu vida de freelance.
Saludos.