domingo, 17 de agosto de 2008

Oriol Ribas

Ilustración para blog personal.


"Silenci", dichos orientales sobre el silencio. Composición hecha con plumillas metálicas, gouache y papel canson.

Detalles de la composición "Silenci".

"Les senyoretes del mar" caligrama a partir del cuento de Joaquim Ruyra. Composición hecha con plumillas metálicas, gouache y papel canson.


Detalles de "Les senyoretes del mar".


Titulares ilustrados para un reportaje sobre el cambio climático.


Vive en Barcelona, tiene veintitrés años, está a punto de acabar sus estudios en Elisava y ha trabajado como freelance. Hasta aquí, un perfil igual al de otros cientos de estudiantes que, cada año, salen de nuestras escuelas. Sin embargo hay algo que caracteriza a Oriol Ribas (http://www.oriribas.blogspot.com/): su amor por la caligrafía y su temprana habilidad en este terreno.
Me cuenta que se decidió por el Diseño porque no tenía claro si estudiar Filosofía y Letras o algo que tuviera que ver con el Arte. Como suele suceder en muchos casos, ahí vino el consejo de un docente: “Al final una profesora que tuve en 1º de EGB me dio el empujón para que me decidiera por el Diseño, porque se acordaba de mis dibujos y me dijo que eso era lo mío. Yo no lo tenía demasiado claro porque estaba en otras cosas que me parecían más importantes pero decidí hacerle caso.”
Para definir lo que significa para él la caligrafía, recurre a la siguiente definición: “La palabra caligrafía significa bella escritura. El arte de hacer signos bonitos. Me parece una buena definición, sencilla y muy clara”.
Interesado también por la tipografía, habla sobre la relación entre ésta y la caligrafía y comenta: “Ambas son modalidades de la escritura. Son un conjunto de signos que expresan un contenido, un mensaje.
Desde el punto de vista del diseño, la caligrafía es importante para entender de dónde vienen las formas de las letras, sus proporciones, los finos y gruesos, las serifas… Sin estos conocimientos, el diseñador trabajaría con las formas sin entender su origen ni evolución y así es imposible hacer las cosas bien.”
Y cuando le pregunto de dónde vienen sus intereses caligráficos me responde que hasta ahora, la caligrafía es el arte que más le divierte: “Me gusta contemplarla y practicarla. Me interesa saber cosas sobre ella, observar manuscritos y reproducir las letras que hay en ellos, leer libros sobre este tema y sobre la historia de la escritura, hacer composiciones caligráficas y experimentar con materiales, papeles y herramientas”.
Admira a los grandes calígrafos de la historia pero, también, a los anónimos y cita entre quienes son sus referentes a John Stevens, Claude Dietrich, Denis Brown, Keith Adams, Catarina Pieper y Hermann Zapf, mientras señala: “La lista es larga porque cada uno tiene su propio trabajo y es difícil escoger”.
Formado con el calígrafo Oriol Miró, -a quien agradece su ayuda constante-, ha participado en los talleres impartidos por este profesor así como en los de Keith y Amanda Adams, impartidos en Francia: “Allí he aprendido mucho. Son unos talleres muy buenos y, además, el sitio donde los imparten es muy interesante: una antigua abadía que mantiene un grupo de familias que viven en comunidad y que se manifiestan en contra de la violencia y se implican mucho. El lugar es la Abadia de Sant Antoine”.
No obstante, Oriol no se queda ahí: “Además, aprendo con la investigación propia y la práctica diaria”.
Quizá por eso, su proyecto final de estudios –que presentará el próximo mes de septiembre- toma como medio la caligrafía:”El tema general que propusieron mis profesores –Rober Pallas, Oriol Nicolás y Raquel Pelta- se titulaba “Tecnocultura y sociedad de la información”. Como yo quería hacer un proyecto sobre caligrafía hice una memoria sobre la relación entre la escritura y la evolución tecnológica.
Partiendo de esta base, llegué a la conclusión de que el mundo está formado por un conjunto de datos y que sin saberlos interpretar, sólo podemos ver la superficie del mundo, sin entenderla.
Todos los seres tienen una historia, un mecanismo de funcionamiento, unas relaciones con el contexto en el que se encuentran… Y es, a través de los distintos sistemas de escritura que el hombre los interpreta, los entiende y es capaz de progresar.
El proyecto quiere ser una metáfora cuya concreción será un coche caligrafiado con datos que hablen sobre él, su historia, aventuras en la carretera, accidentes, etc…
Luego, recopilaré el trabajo en un fanzine que he creado también para el proyecto, centrado en la caligrafía como tema genérico y que, en el futuro, dedicará cada número a un aspecto concreto de ésta”.
Puedo asegurar que el proyecto es muy interesante y espero publicar en breve el resultado aquí.

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